Cuando se encontraba en plena lucha por un puesto en el podio, la piloto de KH-7 y su copiloto Maurizio Gerini han tenido una avería en el cambio que les ha hecho caer hasta el octavo puesto
En su debut sobre cuatro ruedas en la prueba turolense, la catalana ha evidenciado un gran ritmo y su competitividad en la categoría T3, nueva para ella.
“Ha sido una experiencia muy buena, aunque ha sido una faena que la mecánica no nos haya acompañado en la última etapa”.
Laia Sanz deja Teruel con sabor agridulce. En su debut sobre cuatro ruedas en la Baja España Aragón, la de KH-7 ha demostrado una gran capacidad de adaptación. No sólo ha sido capaz de mejorar kilómetro a kilómetro sus prestaciones la primera vez en competición que se ponía al volante del MCE-5 T3 del equipo Wevers Sport, sino que, además, ha tenido al alcance de la mano el podio de la categoría reservada a prototipos ligeros (T3). Un fallo técnico en su vehículo a poco de empezar el último tramo de la prueba le ha impedido mantener el ritmo y, finalmente, ha entrado a meta en octava posición.
La piloto española y su copiloto Maurizio Gerini han empezado la segunda y última jornada de esta 39ª edición de la cita aragonesa de la Copa FIA de Bajas Cross Country con el empeño de seguir progresando y de presentar batalla por un puesto en el podio. Ayer se les escapó por un problema que les mermó el 20% de potencia en su vehículo y por la dificultad de adelantar dentro del polvo.
En el TC2 –el primero de los dos tramos previstos para este sábado, con 156 kilómetros– ha sido cuarta, a seis segundos del tercero, el mismo lugar al que se ha aupado en la clasificación acumulada de T3 hasta ese momento. “El primer tramo hemos ido bien. Hemos tenido un buen ritmo la mayor parte de la especial, menos unos 60 kilómetros que hemos ido detrás del polvo de otro coche”, comenta.
Faltaba una única especial más, de 171 kilómetros, para completar el recorrido de la Baja. Laia Sanz y Maurizio Gerini se habían conjurado para salir a por todas, pero en la asistencia, un problema con la caja de cambios empezaba a tener tintes de insalvable. Y, efectivamente, cuando sólo habían transcurrido 20 kilómetros del tercer sector selectivo, la transmisión del MCE-5 se ha quedado bloqueada en cuarta velocidad. A partir de ahí, la de Corbera de Llobregat (Barcelona) y su copiloto italiano han empezado a acumular retrasos hasta que han cruzado la meta de la cronometrada en 22º lugar. Eso les ha hecho caer hasta la octava posición final de la clasificación de T3, a 33 minutos y 4 segundos del vencedor.
“Ha sido una experiencia muy buena, aunque ha sido una faena que la mecánica no nos haya acompañado en la última etapa. Creo que hemos hecho una buena carrera, de menos a más y, sin conocer el coche, nos hemos ido encontrando cada vez mejor. Al principio nos afectó bastante el polvo, después fuimos mejorando y ahora, en el último día, cuando lo teníamos todo bien para intentar atacar y acabar con un podio final, hemos tenido un problema con el cambio y nos ha costado mucho llegar hasta la meta. Es una lástima, pero nos quedamos con la parte positiva, y es que sabemos que somos competitivos en esta categoría y que en mi primera carrera aquí hubiéramos podido luchar por un podio”, cuenta resignada.
En la primera Baja España Aragón que Laia Sanz ha disputado sobre cuatro ruedas, no ha podido repetir los quintos puestos que logró en las dos ediciones que disputó en motos, en 2014 y 2015. Resultado al margen, la catalana ha tenido palabras de elogio hacia esta carrera: “Quiero felicitar a la organización, porque el recorrido ha estado muy bien, sobre todo la última especial, que era preciosa”.