“Ha sido un día caótico”. Así lo resumía Nani Roma tras haber cubierto 170 kilómetros de los 350 que constaba la etapa. “Es un fallo grande de la organización el no haber verificado el estado de los ríos. Tenían que haber hecho pasar un coche antes de la carrera. Después de fuertes lluvias, como las caídas hace dos días, todo se complica. Aquí se embarra todo mucho y te podías quedar atascado y dejar el coche metido en el barro”, añadía el piloto de Mini.
“Ya en el kilómetro 40 hemos tenido que pasar un río, que lo hemos podido salvar gracias a unas modificaciones, pero a partir del kilómetro 140 nos hemos metidos en unos ‘chots’ donde había mucho barrio y casi nos hemos plantado. Ha sido un momento muy delicado, pero hemos conseguido pasar. Hasta que hemos llegado al kilómetro 170, donde había un río que no se podía cruzar y nos hemos parado. Allí ha llegado primero Nasser Al-Attiyah y nos hemos parado once coches. Al resto los han detenido en el CP1 y tenemos que ver qué pasa con la clasificación”, comentaba Roma.
“Lo más lógico sería tomar los tiempos en el punto donde nos hemos parada los once coches que hemos llegado hasta ahí y darles a todos los demás el tiempo del undécimo. Hemos tomado riesgos de pasar por el barro y de llegar hasta donde hemos llegado y creo que tendría que ser así, pero bueno, dependemos de los comisarios y aceptaremos lo que decidan”, opinaba el de Folgueroles en el momento de la neutralización de la etapa.
Mañana sigue la carrera con una etapa maratón, en Cap à l’Ouest, donde no habrá asistencia mecánica.