Después de terminar 11ª en el pasado Dakar, la piloto de Soficat Xerox regresa a la especialidad para preparar la próxima edición en el rally de la Ruta de la Seda.
“Mi única misión es hacer kilómetros, acabar y encontrarme bien con la KTM 450 Rally, aunque me gustaría estar en el top 10”.
El Silk Way marcará el inicio de la preparación de cara al Dakar para mí”.
Medio año después de culminar su noveno Dakar consecutivo imbatida en una extraordinaria 11ª posición, Laia Sanz se reencontrará por primera vez con su KTM para disputar un rally. Será del 7 al 16 de julio en el Silk Way o, dicho de otro modo, el rally de la Ruta de la Seda, un nuevo clásico del off-road, que atraviesa parte de la histórica ruta comercial asiática, entre Rusia, Mongolia y China.
Pese a que anteriormente sólo han competido coches y camiones, por primera vez en sus diez años de historia, el Silk Way Rally contará con motos para convertirse en uno de los platos fuertes del presente mundial FIM de Cross-Country.
“Esta prueba es una de las que tenía señalada en mi calendario. Me hace mucha ilusión correr aquí, porque había oído hablar muy bien de la antigua Moscú-Pekín, cuando corrían las motos, y el Silk Way viene a ser un poco la herencia de esa carrera. Creo que es muy bueno que la hayan abierto a las motos, porque nos dará la oportunidad de trabajar muy bien de cara al Dakar por la cantidad de kilómetros y la variedad de terrenos que nos encontraremos”, explica la piloto de Soficat Xerox.
La cita será un gran reto, puesto que presenta un recorrido comparable al de la pasada edición del Dakar. Los participantes, entre los que destacan pilotos de todas las marcas oficiales de motos, tendrán que superar 5.000 kilómetros de travesía, de los que cerca de 2.600 serán cronometrados en nueve exigentes etapas por distintos tipos de superficie.
Para Laia Sanz, el objetivo es entrenar: “Yo no hago todo el mundial y lo bueno es que no tengo ninguna presión por un resultado concreto, así que me puedo centrar en la preparación para el Dakar. De hecho, esta carrera es tan larga como el pasado Dakar y habrá mucho nivel porque estarán varios pilotos de cada una de las marcas oficiales. Mi única misión es hacer kilómetros, acabar y encontrarme bien con la KTM 450 Rally, porque probaremos cosas nuevas de suspensión y de otras partes de la moto, aunque es cierto que me gustaría estar en el top 10. Si en el Dakar lo he conseguido con más rivales, por qué no aquí”.
La 18 veces campeona del mundo acude a la cita con una perspectiva totalmente distinta a la de su último rally, según reconoce. “Estoy contenta porque llegué al pasado Dakar con muchas dudas por los problemas que tuve de salud y por suerte ya me encuentro bien. El Silk Way marcará el inicio de la preparación de cara al Dakar para mí. El hecho de haberme entrenado para la Erzberg Rodeo me ha permitido estar mucho mejor que unos meses atrás y, aunque sea un tipo de preparación muy distinta a la de los rallys, me ha servido para tener una buena base para encarar bien la segunda parte del año”.
La prueba arrancará el próximo domingo en la ciudad rusa de Irkutsk, en la Siberia oriental, con un paisaje dominado por la espesa taiga (bosques boreales). El contraste llegará con la estepa que se encontrarán los competidores al entrar en Mongolia, que cruzarán de norte a sur, para acabar en las dunas del desierto de Gobi, ya en China. “Es una prueba muy larga y por lo tanto pasarán muchas cosas, será duro, seguro, pero tengo muchas ganas de empezar ya”, asegura la piloto de Soficat Xerox y el KTM Factory Racing Team.