La piloto de KH-7 se juega buena parte de sus opciones a la corona este fin de semana en Hungría, en la penúltima cita doble de la temporada.
La barcelonesa del KTM Enduro Factory Team llega como líder después de sus dos victorias en el GP de España, pero no se fía de su gran rival, Maria Franke.
“No hay margen para el error; la última prueba es en Alemania, en casa de Franke, así que más me vale hacer el trabajo en Hungría
Laia Sanz disputa este fin de semana el GP de Hungría, la penúltima prueba del mundial de enduro femenino, una cita clave para lograr su sexto título consecutivo de la especialidad y el 19º mundial de su palmarés. La piloto de KH-7 y el KTM Enduro Factory Racing afronta la doble carrera en el país magiar “como si fuera la última”, con la intención de dejar el campeonato encarrilado, aunque el desenlace no se producirá hasta mediados de octubre.
“La verdad es que es un problema que este año solo se disputen tres GP y seis carreras, porque eso no deja margen para el error y vas con más presión que nunca”, reconoce la de Corbera de Llobregat. Laia llega a Hungría con el máximo de puntos posibles, 50, después de sus dos victorias en la primera cita, en Puerto Lumbreras (Murcia), hace dos meses. Sin embargo, la brevedad de la temporada (los años anteriores se habían disputado cuatro citas, una más que ahora) ahuyenta cualquier planteamiento conservador y obliga a la campeona del off-road a atacar para superar a su gran rival, Maria Franke, segunda clasificada con 44 puntos.
“Además, la última cita es en Alemania, en casa de Franke, así que más me vale hacer el trabajo en Hungría. Para mí, aunque sea la segunda prueba del campeonato, es como si fuera la última, porque aquí me juego el mundial”, valora Laia Sanz, que espera una carrera “muy disputada, muy dura”. “Creo que será como en Puerto Lumbreras, estará todo muy igualado y lucharemos hasta la última especial”, vaticina la de KH-7.
Una variable con la que tendrán que lidiar las dos aspirantes al título, además del calor, es el escenario. Hungría vuelve al mundial de Enduro después de 23 años de ausencia, por lo que ninguna de las dos tiene experiencia práctica de la zona montañosa por donde discurre el recorrido, a unos 100 kilómetros de Budapest, con epicentro en la población de Parádfürdo. “Habrá que ver qué tal son las cronos y el terreno; sobre todo, el del Xtreme Test. Si es extremo de verdad, aquí puedo tener un poco de ventaja, cosa que en Puerto Lumbreras no tuve”, explica.
Consciente de la trascendencia de la cita, durante los dos meses que han transcurrido entre las mangas española y húngara del calendario, Laia Sanz ha dado otra vuelta de tuerca a su preparación, que este año ya había incluido, por primera vez, “una pretemporada realmente de enduro”. “Me he concentrado en entrenar mucho con la KTM 350 EXC-F y en el apartado el físico. Creo que llego muy bien preparada, aún más fuerte que en Puerto Lumbreras”, asegura, antes de dar una nueva muestra del respeto que siente por su rival alemana Maria Franke, vigente subcampeona del mundo: “Ella también habrá trabajado mucho y estará a tope, no me cabe ninguna duda. Seguro que las dos estaremos a muy buen nivel”. La tercera en discordia será la británica Jane Daniels, que fue tercera en las dos carreras de Murcia y tratará de inmiscuirse en la pugna entre las dos pilotos de cabeza.
El duelo arrancará el viernes por la tarde, con la disputa del Super Test. Cada una de las dos carreras independientes (del sábado y el domingo) constará de dos vueltas a un recorrido de 60 kilómetros alrededor de Parádfürdo en el que se intercalarán las tres especiales habituales: el Xtreme Test, el Enduro Test y el Cross Test.